El papel de los padres en el deporte
No cabe ninguna duda de que todos los padres, quieren siempre lo mejor para sus hijos, pero muchas veces la forma en que lo pretenden lograr no es la más adecuada o la más eficaz. En el deporte de iniciación y de formación, es fundamental la colaboración entre los padres y el entrenador que dirige a un grupo de jóvenes no sólo formándolos deportiva, sino también humana, social y personalmente.
Todos hemos visto cómo resulta difícil para muchos padres tener una actitud que favorezca este trabajo del entrenador, les cuesta mantener una relación adecuada con ellos e incluso mantienen una posición que perjudica el desarrollo y la mejora de sus hijos. Por lo tanto, es importante, que los padres conozcan el papel que han de asumir cuando tienen un hijo que practica un deporte. Para ello, dos son las posturas que se han de tener claras, para poder ayudar en esta labor a todos los entrenadores y personas que con ellos colaboran:

* La primera de ellas es, mantener una actitud de APOYO sobre los niños, eliminando las críticas negativas, tanto en casa como en los partidos, y teniendo con ellos una actitud comprensiva. Es importante, no volcar sobre los niños nuestra expectativa, y querer que sean lo que nosotros no fuimos en el deporte.
Resulta evidente, que para las personas adultas, acostumbradas a la competitividad, el ganar lo es todo. Pero en el deporte de iniciación los padres han de mantener una actitud de interés por la actividad que se realiza, poniendo énfasis en el esfuerzo y el disfrute más que en el resultado, y con ello, resulta igual de importante acudir a las competiciones y actividades externas al deporte que se organicen para que nuestros hijos vean nuestro interés y gusto por las actividades que realizan.

* La segunda actitud que ha de tomar un padre, y no solo en el caso del deporte, es la de servir de MODELO de sus hijos. Servir de modelo, tanto en su relación con el entrenador, como en su comportamiento durante los partidos.
Es importante mantener una actitud comprensiva hacia el trabajo del entrenador, ponerse en su lugar y comprender que no es agradable dejar sin jugar a alguien. El entrenador/monitor tiene el mando en el partido y los padres no deben ejercer órdenes desde fuera del campo, para eso está siempre el entrenador.
Es fundamental dejarle trabajar y confiar en él y en su buen hacer. Esto no significa que no surjan discrepancias, que pueden ser solucionadas con el diálogo con el entrenador o con el director de la Escuela.
Otro aspecto que hay que cuidar y que más tarde se verá reflejado en el comportamiento de los niños, es la actitud durante los partidos. Así que hay que evitar los insultos y gestos despectivos con los contrarios y con el árbitro, si queremos niños educados, hay que empezar por darles el ejemplo con nuestra propia actitud. Evitar criticar a nuestro equipo, para no menoscabar su auto-estima y su ánimo por hacer deporte.
No siempre resulta fácil tener en cuenta todos estos aspectos y consejos, pero al igual que los jóvenes deportistas entrenan cada día, debemos nosotros, esforzarnos por cambiar nuestras actitudes y comportamientos, para poder tener unos deportistas, y unos hijos, que disfruten con su deporte, respeten a sus adversarios y sean para nosotros motivo de orgullo y satisfacción.